Una tarde como cualquiera, solo era una tormenta, lluvia, viento, una sombrilla y buena Compañía. Caminando en silencio, solo unas cuantas palabras y nada más SoLo el fantasma del recuerdo con el que la cita estaba pactada, sOlO una sombra y nada más.
La sombra con ojos verdeazulosos claros, la sombra sin futuro, la sombra que solo es pasado y que tiene negado el presente, la sombra con la que tenía cita a las 3. La sombra llego como siempre, elegantemente tarde y saludo como quien saluda a un desconocido, emprendimos camino en medio del silencio tan suyo y tan mío mientras alrededor la Compañía relataba música de fondo. Y se reía la sombra entre dientes y le brillaban los ojos azulososverdosos claros y el fleco de cabello rebelde caía como quien nubla la vista.
No caía agua pero amenazaban las nubes con mojar el fleco de la sombra, a mi y la Compañía. Y como pueden más las amenazas caminamos a buen paso - y nos siguió la sombra -. Como entramos, tomamos, - con la sombra y la Compañía- y llego un momento en que el silencio dio pasó a la charla y esta a la sombra. Seduje con miradas a la sombra y la sombra con sus manos y sus ojos verdeazulosos claros me sedujo y sus manos fueron mías, y su pulso el mío, cuando solo era obstáculo la ropa, apareció la sombra de la sombra y los ojos azulososverdosos claros ya no fueron míos –CuAnDO lo fueron?- y fue suficiente pretexto la ropa para esta hoja en blanco