Me dicen Pepe, me gusta mirar fijo, casi hasta incomodar, que puedo hacer soy alguien incomodo -te incomodo?- odio cuando el sol me da en la cara y a la lluvia que empieza en los pies, odio que me miren y después escondan la mirada, como si yo fuera algo que la moral prohíbe mirar, por feo, por raro, por transparente. Me gusta jugar a que jueguen con migo; siempre quise saber que siente un juguete -y Cuando tE aBurras me r3galAs-
No soy alguien lo que se dice feliz pero no me molesta, además no me gusta andar regalando sonrisas - Pero PIDEMELAS- normalmente como un poco de comida, de preferencia comestible la acompaño con agua o jugo de cebada. Tomo poco y fumo demasiado y ya tengo una tos de tísico que sabe a conejitos de colores. A veces me saco los mocos y los escondo, pego chicles debajo de las mesas y escribo frases con marcador en los pupitres y en las mesas y sueño con una dama de moral distraída que me acorrale contra la puerta de un baño del metro, me mire a los ojos y me bese sin reparos se vaya sin decir palabra -Tranquila que aún no hay metrO-
Por lo general duermo sin ganas para imaginar que sueño y sueño lo que se me de la gana, así sin decencia, hasta que llega la parada, a veces me paso de aposta y llego tarde sinsueño, con los ojos cerrados y un vacío en la garganta.
Realmente todo puede ser mentira y Pepe solo es alguien que me invente y mi nombre es Javier y no tengo nada para entretenerte
Un Poco de Nada
domingo, 22 de septiembre de 2019
sábado, 3 de mayo de 2014
Perdone la molesto
Perdone la molesto, pero hoy no quiero verla, prefiero
pensarla.
No quiero que me toque con esas manos inocentes, solo quiero recordar
cómo se sienten.
Por favor no culpe a la luna, cúlpeme a mí que es más
acertado, porque hoy voy a hacer algo que no suelo, pero que una vez al mes es
necesario.
No sé si me explico, hoy la vida me sabe a mierda, hoy la belleza del
día me aterra, me incomoda la presencia de la gente –y por ende la suya- y por
hoy no quiero llenar el ambiente de sonrisas sin dientes, no quiero ser la
buena pareja, no quiero pareja –procure no tomarlo literal-.
Hoy soy un cáncer
que se pega y que hace metástasis si tengo a alguien cerca y no quiero
contagiarla de mis mierdas además es solo un día hasta que se cansen y se
duerman.
No le pido que me entienda, solo que mañana cuando vuelva, me abra la
puerta.
martes, 19 de noviembre de 2013
Mi Shortbus
Me siento, como me siento? Veo una película, escucho un par de canciones y tu estas en todos lados, no fumas,lo dejaste, pero ese olor me acuerda ti, a nosotros, olemos a nicotina con almizcle, con babas, con colorete barato. A amargura, olemos -bueno por lo menos yo- a "ojala nos encontremos muy pronto", olemos a lo que huelen los geriátricos, a un poco de naftalina y recuerdos.
Maldita sea Miguel tu nombre me sabe a guayabo a lo que no recuerdo de la noche, me sabes a todo lo que no quiero que me sepas -y me encanta- Hasta las manos me saben a lo que que se te olvido quitarme- uno más de tus descuidos- me sabe a farra de parque, a orinar en un arbusto a Old Jhon y Mustang, a pared de cuarto manchada con vino de caja, a tu risa, a tu sonrisa, a tu burla, a tu hasta luego.
Miguel, tu adiós-como dice un vocalista- no maquilla un hasta luego. Estas son mis lineas de borrachera de lunes. Siempre vas a ser mi yo sin ti, al que espero en el tejado, mi balada inconclusa, mi jaleo y cualquier otra referencia a canciones nuestras, porque nadie las canto con mi desafine y tu ridículo intento de guitarra.
lunes, 22 de abril de 2013
Marcianita
No me gustan tus ojos, me llenas de
fantasías los sueños y despierto aún más cansado de cómo me acosté.
Mariana marciana que no me habla,
que me ignora poniéndome cuidado. Nena loca, gata perezosa. Ronronea gatica, límpiate
los bigotes llenos de leche.
Mariana deja de mirarme con esos
zafiros, no me desabroches el alma que hace frío y tengo principios de catarro.
Mira Marciana, que bonito se ve el
sol desde tu ventana, como brilla sobre tu piel blanca, como refleja lo que
queda de luz en tu pupila.
Marianita marcianita, dejá de
mirarme con esos ojos zafiros pálidos como nublosos, deja que te quite la
neblina con un beso Marianita. Pero déjate que por más perro que sea no muerdo.
Mirá Marianita, deja de moverte así
que me canso, Marcianita marianita te digo que dejes esa mirada. Mejor venís y
te pongo al sol que se te está enfriando la piel, tranquila gata que si estas
tan cansada yo te llevo.
Ay! Marcianita, vos tan consentida siempre,
tenes que tenerte sola que voy por un café. Tranquila gata que yo te pongo un
cojín y así no te resbalas.
Marianita marcianita, dejá de
mirarme con esos ojos zafiros lechosos, tranquila yo te los limpio, se te
empañaron porque querés llorar y no podés.
Marianita marcianita, te pongo otra
manta que cada vez estas más fría.
Mariana no te preocupes que las
marcas del cuello se borran, solo es cuestión de dos o tres días igual que tus
rasguños de gata en mi espalda, en los brazos y un poco en la cara.
Gatita seguime mirando con esos
zafiros casi plateados y algo opacos pero por fin míos nena, gata, marciana,
solo míos, por lo menos hasta que te caliente el sol o se te quiten las marcas.
lunes, 1 de abril de 2013
Un momento cariño
Venga cariño, deja que te diga un
par de cosas.
Primero: es usted la
reencarnación de mis más profundas pesadillas, de los sueños que deje
enterrados hace algún tiempo en arenas de una playa cuyo nombre realmente no me
interesa recordar.
Segundo: me quedo con los instantes que me
de su boca y que me dejen sus ojos. Me quedo con una cicatriz de sus manos, con
su sonrisa en la fogata, con una imagen entre piedras.
Tercero: le dejo que se lleve lo
que le plazca, solo prométame que cuando se aburra me lo devuelve y yo le quito
ese peso de los hombros para que pueda subir tranquilo la colina.
De resto cariño, deja que me enrede
las manos en tu pelo, que me pierda en los distantes murmullos de tu
respiración, que sea tan cliché como se me dé la gana. Que le dedique canciones
de Sabina, que intente descifrar su clave de sol, que me aparezca en la puerta de
su casa con una maleta no muy cargada y Cariño que viajemos juntos hasta la
orilla donde me ahogas. Hasta el final de las notas, que montemos en un aeroplano
y nos vayamos al sur o si tus preferencias políticas nos dejan, viajemos a la
derecha. Cojamos el primer bus que salga de madrugada y empecemos a contar
historias de jardines rojos, de sueños enterrados, de piratas en retiro. Seamos
alas del mismo peregrino y si estamos de suerte podamos volver a ese sitio
entre piedras, a los amores que cambian destinos, que reabren heridas.
Venga Cariño lo invito a
descongelar el corazón
domingo, 23 de diciembre de 2012
pero que cosa seria .....
Me gusta escribirte cuando no estas conmigo
cuando todas las lineas están ocupadas
cuando pienso en todos tus Tus
y siento que no hay nadie más a quien dedicarle mis borracheras
y que eres tu mujer fantasma
a quien le deseo el ultimo de los infiernos..... Pero conmigo,
con un MalboroRojo o mentolado
con un porque y un cuando
para que tus peros se pierdan en el depronto de robarte un beso en un ejecutivo
Háblame del novel de literatura, escrito en un mensaje sin destino
Joder, que me gusta leer lo que te escribo en susurruos
sin prisas, como en tu oído.
Que pongo puntos y comas y a quien le importa el relance de la luna en mis pupilas,
y tu mujer que no eres nadie
¿donde me tenes escondido?
cuando todas las lineas están ocupadas
cuando pienso en todos tus Tus
y siento que no hay nadie más a quien dedicarle mis borracheras
y que eres tu mujer fantasma
a quien le deseo el ultimo de los infiernos..... Pero conmigo,
con un MalboroRojo o mentolado
con un porque y un cuando
para que tus peros se pierdan en el depronto de robarte un beso en un ejecutivo
Háblame del novel de literatura, escrito en un mensaje sin destino
Joder, que me gusta leer lo que te escribo en susurruos
sin prisas, como en tu oído.
Que pongo puntos y comas y a quien le importa el relance de la luna en mis pupilas,
y tu mujer que no eres nadie
¿donde me tenes escondido?
domingo, 22 de julio de 2012
Pequeñas historias 2
El hombre viejo que cuando joven te dio una rosa, hoy mira sus manos espinadas y llenas de arrugas. Sonríe una vez y después llora.
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