miércoles, 17 de agosto de 2011

OVACE

Que haría usted si le confieso que me encanta invertir mi tiempo detallando sus fotos? que le conozco cada arruga, cada mueca, cada guiño. Que puedo decirle de memoria el orden en que están colgadas, que solo con ver su sonrisa congelada mi día o se arregla o se empeora? - si le confesara lo que me cuesta no llamarle, no enviarle mensajes tontos y sin sentido-
Todavía tengo el recuerdo del beso que le robe y me arde en los labios no haberle robado mil más - le recomiendo andar con precaución de ahora en adelante- porque le juro que aunque ya tengan dueño no me importa que me tilden de ladrona y sufriría la horca con la satisfacción egoísta que dejaron  mis labios sobre los suyos.
Apostaría esta vida y mil más a que usted tampoco ha olvidado ese fugaz momento, que le invade la incertidumbre, que esta esperando a que la sensación se borre, que desea no desearlo más. Pero no se engañe, esas marcas no se borran, yo los besos no los doy para que me olviden.
Sabe? usted me encanta y se lo digo aquí pero no se lo sostengo a nadie, ha vuelto mi cabeza un mierdero en el que me gusta revolcarme, por su culpa me entraron ganas de viajar al sur-occidente de este puto país de mierda, aguantarme el calor, los mosquitos y los negros, solo para verle por un breve momento, refrescar su imagen y su voz en mi memoria y ser testigo de su aparente felicidad. Saludar a su pareja con una sonrisa hipócrita expresando un falso placer de conocerle, desearle un excelente día y que ojala la cague una paloma.


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